sábado, 3 de mayo de 2008

¿Para qué Poseer? ¿Cómo podemos pensar siquiera que algo "es nuestro" ¿Porque un papel lo dice? ¿Porque lo adquirimos en el mercado? ¿Porque alguien nos lo regala? No podemos ser dueños, no podemos poseer, en la Tierra sólo somos pasajeros, y para ser sólo eso somos Muy pretenciosos.
Es decir, un día a alguien se le ocurrió la moneda y desde entonces le ponemos un "precio" a las cosas, hasta la vida tiene precio hoy en día. Ése árbol que está allí tiene un precio: el sueldo del leñador más el costo de proceso más el transporte del producto terminado más IVA (impuesto a un "valor"), etc. Luego vas a la librería, comprás un cuaderno (con la Moneda, obviamente) y ese cuaderno, o sea, ese árbol, pasa a "ser tuyo".
Es algo así como que venga Jorge Arbusto, o Juan Pérez, o La Papelera, y te ponga una etiqueta en la frente, luego un tal Carlos abre su billetera, saca unos papeles, objetos patentes de la asquerosa codicia humana, los coloca sobre la mesa y a partir de ese momento te despojan de tu lugar de origen y de tu familia para "pertenecer" a otra persona, sólo porque un papel dice "pertenece a..."; ¿no es un tanto ridículo? Es decir, ¿cuál es la diferencia entre vos y ese árbol? ¿Acaso el árbol no respira, no tiene vida? Bueno, informo: no sólo respira sino que purifica el aire para nosotros. En fin, no sólo matamos a nuestros hermosos árboles, sino que encima tenemos el Ego tan crecido que creemos poseerlo.
Una porción de tierra, ya sea de los soberanos Feudales o de Beneton, o de un "terrateniente" cualquiera. Sólo por ser hijo de hijo de hijo... de hijo de alguna persona que se auto-proclamó dueño, o por haberla "comprado", sólo por eso, ¿podemos considerarnos dueños?
Y todo el conocimiento, hasta eso queremos poseer. Queremos saber todo, y con tal de "saber algo más" nos tragamos todas las mentiras, ¡vaya si tendremos hambre! "Una vez, hace muchísimos años, una persona de la que nadie puede dar fe de existencia, descubrió un nuevo mundo, su nombre era Fulanito, y sus heroicas aventuras..."; entonces: "¿Sabías qué? Fulanito fue descubridor del Nuevo Mundo, y sus aventuras...".
Acuérdense que la Historia la escriben los vencedores, y es aun hoy en día que la historia (pasada) sigue modificándose, lentamente, y en unos años, va a ser otra la historia, la adaptan según les conviene para el momento.
"Tal y Cual murieron en manos de Él, sí, ése que es malo. No sé por qué es malo, pero la tele dice que es malo, ahora lo van a colgar porque se comprobó que mató a Tal y Cual".
¿Hacen falta palabras? (...)
Inventar un personaje, o una situación, para encubrir algo y sacar beneficios es algo que hacen con mucha frecuencia. Es decir, si la mina de oro es de ellos, pero logro "demostrar" que ellos son "malvados", entonces los puedo matar, porque son malos y sería un héroe, pero lo que nadie sabe es que no son malos, pero yo quiero ese oro.

¡Mierda! Es nada más que oro (amarillo, negro, blanco...). Las vidas tienen un precio, todo porque alguien inventó la moneda y nosotros, tan ingenuos, dejamos a lo largo de la historia que ésta toma una importancia que no merece.
¿De qué sirve Jactarse? ¿Qué gana uno jactándose de algo? Alimenta el ego, sí, muestra lo vacío y lo inferior que uno se siente.
¿Para qué el Reconocimiento? Es decir, sí, los elogios son lindos, pues alimentan el Ego de uno, pero, ¿necesitamos que nos digan que lo que hacemos es bueno para que así lo creamos? ¿Por qué vivir para el "qué dirán" en vez de para uno mismo? Sinceramente me parece absurdo, es decir, si uno mismo no sabe quién Es, ¿por qué habría de saberlo un ajeno?
Oh, pueril indulgencia.
Oh, banal impunidad.
Audaz codicia, astuta soberbia,
alimentan día a día a los que se jactan...
a los que muestran su miseria.

Oh, Ego tan demandante, siempre clamando atención,
siempre ejerciendo más y más presión...
¿Cuándo nos liberarás?
Muy absurda es tu pretensión.

Sin ninguna intención, decidí caminar,
supuse que con la hermosa alba iba a tropezar.
Me equivoqué, ahora sólo un mar de oscuridad.
Oscuridad letal, me está costando respirar.

Dejadme ser, oh banalidad.
Dejadme obviar, oh miedos invencibles.
Permíteme amar, a pesar de todo afán.
Hazme crecer, maravillosa sabiduría del Ser.

Dejad a los otros en paz,
deja de mirarnos mal.
Nosotros carecemos de culpa alguna,
entréganos tu piedad.

Vida, calma tus ansias, espera a respirar,
y, cuando todos estemos a la par,
será el hermoso tiempo de comenzar.
Comenzar a profetizar la paz.

¿Qué deseo más bello alguna vez me alcanzará?
Probablemente no exista mayor dicha que la felicidad.


Mac.
En la pared: palabras escritas con sangre;
en la habitación: lujuria derramada;
en la mente: verdades muy mal enunciadas;
en el Alma: la única Verdad.

En el cielo: nubes y estrellas;
en el océano paz y turbulencia conviven.
En la tierra: desidia, juicio y codicia;
en el Alma nada de eso, y todo a la vez, está.

Todo es una proyección...
"nada" es un concepto imposible, lo sé;
"algo" es conformismo;
"todo" es sólamente algo.
Lo Único es el fruto que nos prohibieron.

Y cuando quisimos morder la manzana
nos encontramos con los gusanos...
gusanos que alguien puso allí,
gusanos que no existían, hasta que el hombre se corrompió.

Busquemos en otros árboles,
no busquemos en nuestras mentes.
Busquemos en el alma,
el hermoso refugio de la felicidad.

Cierto es que es difícil de creer,
pero la Felicidad existe y todos la podemos ver.
No nos dejemos engañar, no nos dejemos convencer.
Olvidemos todo el mal, dejemos al amor florecer...
dejemos a nuestro Ser resplandecer.


Mac.
Y al cabo cabo de la soberanía de quien nos atormenta,
al cabo de este epitafio, el mundo cambiará.
El mundo cambió y cambia sin cesar.
Las vueltas que da, el maldito no para de girar.

Como el reloj, el devorador de horas,
el come-vidas, el oculta-almas:
su mejor herramienta, junto con sus miles y miles de armas.
Venganza no es lo que pido, pido una balanza.

Anhelo el Hermoso Silencio, el puro Amor.
Añicos son ahora los sueños del Nacer;
astillas, esquirlas quedan de lo que alguna vez fue
la sabia mano del corazón.

Mano torpe, sin embargo.
Dejóse manipular por la vil mente, la avara codicia,
la soberbia lujuria y la falsa caricia.
Mano torpe, así lo declaro.

No es que esté contento, no creo hablar en vano;
creo que algún día nos uniremos como hermanos.
Creo que así debe ser, pero nos seguimos engañando,
nos tragamos el anzuelo, día a día, como neo-natos.

Pasó tanto tiempo, ¿cuánto más seguir?
Para qué perseguir si podemos conseguir
el sagrado Saber que nos es otorgado, desde el principio,
pero nos lo ocultaron.

Pero claro, no les conviene, ellos flamean otra bandera.
Descansan sobre nuestras penas y nos pisotean.
Bueno... es tiempo de soltarnos de estas cadenas.


Mac.

Dos líneas cruzadas
como las piernas de una deidad.
Como una historia de desigualdad
se desata, sin fin, esta calamidad.

Adorar, acatar, nos hicieron pensar.
Nos hicieron creer, nos hicieron temer;
nos hicieron dudar, nos hicieron pensar de más.
Nos hicieron sentir mal: "Tus pecados pagarás".

¿Qué es si no una institución?
¿Dónde reside en ella la verdad?
Qué objeto, la falsa divinidad.
Son sólo conceptos pero nos empeñamos en malinterpretar.

No hay verdad allí,
sólo un tierno y piadoso engaño.
Sólo un impuesto al daño,
la indulgencia es un ejemplo claro.

No es una rivalidad, no. Es sólo una muestra de pesar,
tristeza por recordar la falsedad, la irrealidad.


Mac.
En su rostro veíase empapada la tristeza,
su calma lejos se hallaba,
la lluvia, lentamente sus ropas mojaba
y el asfalto entorpecía su andar.

El hada, la Bella Sensación acudió pronto,
contempló su expresión y se dejó caer.
No podía creer, no pudo evitara ver
que algo en su ser acababa de desaparecer.

Acaso la sensación de saber, de sentir que todo está bien.
¿Acaso esa sensación abandonó su ser?
Quería a aquella joven ver resplandecer.
Aquella joven que su calma vio perecer,
nuevos llantos vio nacer,
y busca el camino de ida al amanecer.

"Oh, muchacha ojos de miel, ¿a qué se debe tu pesar?"
Preguntó la hermosa hada, envuelta entre sus alas.
"Al tiempo, al castigo, a la triste realidad espiritual"
confesó la joven dama, acariciando con carencia la piedad.

Entonces el polvo, entonces la risa,
entonces el rayo de luz que dibuja una hermosa sonrisa.
Fue un sólo segundo, igual... el tiempo no existe.
Fue sólo un instante invisible.
Es toda la hermosa locura, es la pura y hermosa vida,
es sólo el ahora, es la ausencia de juicio...
La codicia devora, el saber es suplicio, la hermosa paz es divina.


Mac.
Cuántas palabras en vano.
Cuántas palabras que dicen nada.
Pocas son las palabras que escapan de la banalidad.
Ninguna mirada es superficial,
el amor es reciprocidad.

Los pretextos existen, sí,
pero son todas invenciones nuestras.
Es cuestión de olvidar, es cuestión de dejar de juzgar.
Es cuestión de parar las peleas de la humanidad.

Se trata de enfocar todo lo que uno es
en el bien, no en la productividad;
la plata es virtual, las masas no paran de tragar
lo que el Gran Hermano les da:
lo que tanto cuesta reciclar.

Exijamos la libertad,
no esta falsa impunidad.
Aceptémonos, todos, sin más
que los cuerpos y las almas desnudas.
En llamas estallará la desigualdad.

¿Por qué matar?
¿Por qué llorar la ingenuidad?
¿Por qué hay sangre a derramar?
¿Por qué nos cuesta tanto encontrar la paz?

¿Por qué temer a morir?
¿Por qué temer a sufrir?
¿Por qué temer olvidar?
¿Por qué nos dejamos engañar?

¿Por qué, a un símbolo, adorar?
¿Por qué, a un decir, acatar?
¿Por qué olvidamos preguntar?
¿Por qué aceptamos sin pensar?


Mac.