sábado, 3 de mayo de 2008

En su rostro veíase empapada la tristeza,
su calma lejos se hallaba,
la lluvia, lentamente sus ropas mojaba
y el asfalto entorpecía su andar.

El hada, la Bella Sensación acudió pronto,
contempló su expresión y se dejó caer.
No podía creer, no pudo evitara ver
que algo en su ser acababa de desaparecer.

Acaso la sensación de saber, de sentir que todo está bien.
¿Acaso esa sensación abandonó su ser?
Quería a aquella joven ver resplandecer.
Aquella joven que su calma vio perecer,
nuevos llantos vio nacer,
y busca el camino de ida al amanecer.

"Oh, muchacha ojos de miel, ¿a qué se debe tu pesar?"
Preguntó la hermosa hada, envuelta entre sus alas.
"Al tiempo, al castigo, a la triste realidad espiritual"
confesó la joven dama, acariciando con carencia la piedad.

Entonces el polvo, entonces la risa,
entonces el rayo de luz que dibuja una hermosa sonrisa.
Fue un sólo segundo, igual... el tiempo no existe.
Fue sólo un instante invisible.
Es toda la hermosa locura, es la pura y hermosa vida,
es sólo el ahora, es la ausencia de juicio...
La codicia devora, el saber es suplicio, la hermosa paz es divina.


Mac.

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